miércoles, 3 de agosto de 2016

El Sol, fuente de energía de los sistemas biológicos

La energía radiante del Sol es la principal forma de energía que recibe muestro planeta.
Esta se presenta como ondas electromagnéticas, de distinta longitud, que se pueden manifestar en tres formas: la radiación visible, la radiación ultravioleta y la infrarroja.
  • Radiación visible o luz: puede ser percibida por los seres humanos y, en muchos casos, descomponerse en radiaciones monocromáticas que van del violeta al rojo. Constituye el 42% de la energía emitida por el Sol y es aprovechada en el proceso de fotosíntesis.
  • Radiación ultravioleta (UV): tiene una menor longitud de onda y no puede ser percibida por las personas, aunque sí por algunos seres vivos como las abejas. Representa el 9% del total, pero es una radiación muy energética. Por lo tanto, produce la ruptura de algunos enlaces químicos y la desorganización de las moléculas, lo cual provoca alteraciones en los organismos.
  • Radiación infrarroja (IR): tampoco puede ser percibida por las personas pero sí por otros seres vivos, como las serpientes de cascabel; tiene una longitud de onda mayor que la de la luz visible. Produce agitación térmica y calor, y representa un porcentaje del 49% de la energía solar total.
Para la radiación solar, la atmósfera funciona como un filtro que deja pasar ciertas ondas, de determinada longitud y refleja o absorbe a otras.




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